domingo, 23 de septiembre de 2018

Jornada 6: Real Zaragoza 0 - 2 Lugo

Análisis del equipo tras las primeras seis jornadas:


Tras haberse disputado seis jornadas de la competición doméstica, el Real Zaragoza ha evidenciado un grave problema: su irregularidad. Puede decirse que el Real Zaragoza ha mostrado todas las versiones posibles: desde buenos partidos donde el equipo logró sacar los partidos adelante hasta encuentros donde el rival ha pasado por encima de los zaragocistas.
En una competición tan larga e igualada como lo es la Segunda División, cada punto que se sume puede ser vital de cara al final de temporada. Tras un inicio prometedor en el que, si bien el equipo mostró diferentes caras en cada partido, el Real Zaragoza parecía un conjunto difícil de batir, parece haber entrado en un bache de juego y resultados que comienza a preocupar a la parroquia blanquilla.
Cuando se juega mal, pero se puntúa o incluso se gana, los puntos obtenidos compensan los aspectos negativos. Pero si el equipo no suma puntos y, además, se ve superado por los rivales, comienzan las preocupaciones.
Imanol Idiakez introdujo pequeños cambios al estilo que venía desarrollando el equipo la pasada temporada. Uno de ellos, ir a por los partidos. Esta ambición por conseguir los tres puntos en cada jornada costó puntos al equipo zaragocista en pasadas jornadas, si bien poco se puede reprochar al equipo ya que los pierdes por ir a ganar.
Pero en las últimas jornadas, el equipo da muestras de que algo falla. Si bien puede ser que, simplemente, los jugadores hayan acumulado un par de malos partidos y que es cuestión de tiempo el que las cosas vuelvan a salir sobre el campo, hay ciertos aspectos que merecen ser analizados para tratar de corregirlos.
Si el equipo quiere tener el balón, es muy fácil que los defensas se pasen el esférico entre ellos. Pero así no se meten goles. Es crucial la labor de creación del centro del campo zaragocista. Sin duda que la baja de Eguaras como director de orquesta de la nave blanquilla afecta, y mucho, al equipo. Al igual que afectaría a cualquier equipo de la categoría perder a un jugador de sus características. Pero ante este contratiempo, el técnico blanquillo debe buscar soluciones.
A la ausencia del centrocampista navarro se suma la del todoterreno James. El equipo nota mucho su ausencia cuando las fuerzas flaquean. Junto a ellos, también está pasando factura la lesión de Guti.
Zapater y Ros no saben cumplir con las funciones que estos tres realizan sobre el césped. El capitán aporta compromiso y raza, pero en ocasiones quiere estar en todo y comete errores que pueden costar muy caros al equipo. Él sabe sus limitaciones, y parece que los rivales también.
El caso del tudelano también merece ser comentado. Irregular, parece que empieza a dar una mejor versión sobre el césped. Pero, al igual que ocurre con Zapater, sus características difieren de las de los tres centrocampistas que están en la enfermería y no se les puede exigir cualidades de las que carece.
Arriba, es indudable que el tridente ofensivo zaragocista es vigilado de cerca por los defensas rivales. Ser valiente e ir a por los partidos no significa acumular delanteros (Pombo, Álvaro y Gual) sobre el césped. De nada sirve tenerles en el campo si apenas llegan a entrar en contacto con el esférico. Tal vez sea culpa de ellos por no saber buscarse oportunidades, como ocurre en ciertas ocasiones. Pero, sin duda, parte de la culpa del poco peligro que está creando el conjunto aragonés en las últimas jornadas es de su zona de elaboración. Los rivales lo saben: si estás todo el partido encima de los jugadores encargados de mimar el esférico, es muy probable que robes el esférico. Y a poco que cuente con un jugador rápido, es muy fácil hacer daño a los blanquillos al contragolpe.
Cuando esto ocurre, y el Real Zaragoza no es capaz de mantener la posesión del esférico para crear peligro, el equipo maño opta por jugar balones largos. Pero de poco sirve, ya que el equipo no cuenta con delanteros especializados en bajar balones colgados desde la defensa (o, al menos, no han mostrado esta cualidad todavía). Cuando esto ocurre, el entrenador no ha sabido cambiar el rumbo de los partidos. Sólo alguna jugada individual de los tres de arriba puede inquietar al rival. Pero como apenas les llega el esférico, es difícil que pueda ocurrir.
Los lesionados se recuperaran y volverán a contar para Idiakez. Y otros caerán y tendrán que ser reemplazados. Pero lo que debe buscarse urgentemente es una manera de competir cuando estos fallen. Aunque sea cambiando algo el sistema.

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