REAL ZARAGOZA 0-1 SEVILLA ATLÉTICO
BOFETADA DE REALIDAD
Las seis
victorias consecutivas conseguidas por el Real Zaragoza le habían permitido
alcanzar los puestos de promoción de ascenso y alejar los fantasmas del
descenso. El equipo aragonés parecía imbatible, y que mejor rival para estirar
la racha de triunfos que ante un colista desahuciado en el fondo de la
clasificación.
Pero, si bien
esta serie de triunfos ha venido acompañada de una imagen de equipo solido y
compacto, en varios partidos la victoria llegó por suerte (sobretodo en el último
encuentro ante Osasuna). Nada que reprochar, la diosa fortuna también participa
de este deporte.
La escalada de
puestos del conjunto zaragocista en la clasificación permitió que ya no sólo se
hablara de asegurar la permanencia lo antes posible, sino de luchar por entrar
en la pelea por la promoción de ascenso. Y, pese a la derrota ante el colista y
(lo peor) la imagen mostrada, el conjunto aragonés sigue en la lucha por
acceder a las eliminatorias de ascenso.
Las cosas
cuestan su tiempo, y más si el equipo comenzó a construirse desde los cimientos
al inicio del último verano. Ni el equipo era tan malo cuando merodeaba la
parte baja de la tabla hace ocho jornadas, ni el equipo es tan bueno como para
continuar con la racha de victorias consecutivas (en los últimos partidos era
superado por el rival). Si el equipo sigue con la línea mostrada al inicio de
esta racha, llegarán más victorias. ¿Serán suficientes para luchar por el
ascenso? Quién sabe, también dependemos de los resultados de los rivales.
Pero,
independientemente de lograr el ansiado ascenso al final de esta temporada,
parece claro que el proyecto a medio-largo plazo de Lalo Arantegui tiene una
base sólida sobre la que cimentarse: un buen número de jugadores jóvenes en
propiedad y con perspectivas de futuro, unos pocos jugadores veteranos que
aporten experiencia y veteranía al grupo y el menor número posible de jugadores
cedidos (sólo para los jugadores que vayan a ser diferenciales). El resto de la
plantilla, para la cantera.
Poco a poco,
se han ido abriendo hueco en el once inicial varios jugadores criados en las categorías
inferiores del club blanquillo. La Ciudad Deportiva parece haber logrado tirar
la puerta del primer equipo. Y es que, de esta base de jugadores jóvenes y con
perspectivas de futuro, varios han mamado zaragocismo desde pequeños.
El lateral
izquierdo tiene un dueño cada vez más hecho: Daniel Lasure
En el carril
contrario, pese a jugar de manera más intermitente en este último tramo de la
temporada, aparece Julián Delmás.
Por delante,
como escudero de la zaga blanquilla, aparece un correcaminos: Raul Gutierrez, ‘Guti’.
Junto a él, y aunque pertenece a varias generaciones anteriores, el omnipresente
Alberto Zapater. Que mejor escudero que Zapa para que Guti coja experiencia.
Arriba,
aparece Pombo. El ‘8’ zaragocista no sólo ha aportado calidad al equipo sino
que también anota goles.
Todos ellos, a
excepción del capitán, todavía tienen que hacerse como futbolistas. Sólo Pombo,
quien ya contó con cierta presencia en el primer equipo la pasada campaña,
cuenta con cierta experiencia en el fútbol profesional. Por tanto, esta campaña
debe servir de adaptación a la categoría.
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