JORNADA 6 (2/10/17)
REAL OVIEDO 2-2 REAL ZARAGOZA
SEGUIMOS SUMANDO
Después de terminar
el partido de la pasada jornada ante el Gimnástic de Tarragona, todo aquel
zaragocista que acudió a ver a su equipo salió de La Romareda con la sensación
de que le habían birlado dos puntos. Las sensaciones que transmite el equipo
dirigido por Natxo González no refleja la posición en la tabla clasificatoria.
El equipo, con aspectos que mejorar y perfeccionar, merece llevar más puntos en
la mochila. Y para redimirse del último “atraco” sufrido por el colegiado,
tocaba viajar a Oviedo para medirse al conjunto asturiano. Con un viejo
conocido del fútbol aragonés en el banquillo, Juan Antonio Anquela (en la
pasada campaña llevó al Huesca a la mejor temporada de su historia), los
carbayones querían lograr la victoria para continuar en la parte alta de la
clasificación. Para volver con los tres puntos del viaje a Asturias, Natxo
González decidió introducir una única novedad en el once inicial: Delmás copó
el carril izquierdo en lugar del lesionado Benito.
Echó a rodar el
balón y Febas empezaba a intuir lo que se le venía encima. Una horda de rivales
le coserán a patadas cada vez que entre en juego. En una de estas, el colegiado
señaló falta. Zapater no se lo pensó dos veces y chutó hacia la escuadra de la
portería. Pero el portero rival desvió el esférico y, con algo de fortuna tras
rebotar el balón en el palo, sofocó la oportunidad de los blanquillos (hoy con
la indumentaria tomate). Era el primer aviso del ejeano, pero no sería el
único.
Al poco tiempo,
Aarón Ñíguez respondió con otro lanzamiento de falta que no pudo detener
Christian Álvarez, quien sólo pudo resignarse y recoger el balón del fondo de
las mallas.
Duro golpe para el
equipo aragonés. Tocaba reponerse lo antes posible para no perder la cara del
encuentro. El arquero zaragocista estuvo a punto de regalar a Toche otro tanto,
pero el cancerbero pudo remediar a tiempo su despiste. Poco después pudo
enmendar su error con un gran despeje tras una serie de rebotes y después de
golpear el balón en el poste. Aún faltaba la guinda al pastel del esperpéntico
partido defensivo que realizaba, hasta la fecha, el conjunto maño. Toché anotó
a placer desde la línea de gol tras un despeje de Verdasca impropio de un
defensa profesional. El zaguero no supo comunicarse con Christian Álvarez y
permitió con su error que el ariete local ampliará su ventaja en el luminoso.
Pintaba muy negro el
partido para los pupilos de Natxo González. Sin merecerlo en exceso, debían
remontar el encuentro para no volver con las manos vacías a Zaragoza. Y pronto
comenzó la reacción. Mikel González, tras un lanzamiento de esquina, envió el
balón lejos del alcance del portero con un zurdazo.
Pero no acabó aquí
la cosa. Borja Iglesias, en su brillante juego de espaldas, provocó una falta
lejana. Zapater, como buen aragonés, es tozudo. Y, tras rozar el gol en el
lanzamiento anterior, se empeñó en volver a ejecutar el libre directo. Esta vez,
y pese a tocar el esférico el guardameta rival, el ejeano pudo celebrar su
primer gol de la temporada con la camiseta que más ama, la del león.
El balón parado
devolvía a la vida al conjunto aragonés. Lograr irse al intermedio con empate
en el luminoso era algo impensable a la media hora de juego. Y, con empeño, los
zaragocistas lo lograron.
Los mismos once
jugadores salieron al césped tras el paso por vestuarios. Y Borja estuvo a
punto de fraguarse una clara ocasión de gol, pero finalmente su disparo no cogió
portería. Con Febas y Eguaras al mando, este último un tanto lento a la hora de
sacar el balón, y con Ángel y Delmás creando peligro desde las bandas, el Real
Zaragoza logró anular al rival y dominar el encuentro. Borja Iglesias, con la
lengua fuera tras recorrerse medio campo en solitario, disparó desviado cuando
se encontraba sólo ante el meta rival. Ángel tuvo en sus botas el tercer gol
tras una elaborada jugada de los tomates, pero su disparo salió desviado. Una a
cosa a destacar de esta plantilla es que tiene recursos que puede emplear
cuando no funciona el Plan A. Cuando los pases cortos dejaron de molestar al
rival, se enviaron balones en largo que buscaban la cabeza de Borja Iglesias y
Toquero. Este último fue relevado por Papu, quien trató de imprimir velocidad
en el costado. Guti suplió a Buff aportando oxígeno a la medular. Y agotó las
balas Natxo González metiendo a Alain Oyarzun por un fatigado Febas. Papu
estuvo cerca de llegar a un pase desde la banda izquierda de Ángel, pero el
georgiano no lo hizo a tiempo. Ya en el añadido, Borja Iglesias se guisó una
nueva oportunidad, pero su chut se fue alto.
Finalmente, el Real
Zaragoza logra un punto tras su visita a tierras asturianas. Tal y como se puso
el encuentro, el punto sabe muy bien. El equipo no merecía la derrota. Pero
pecó de falta de puntería en los metros finales. Parece que el equipo sigue
llenando la maleta para iniciar un largo viaje. Sólo falta que el coche coja
carrerilla.
Próxima jornada ante
el Numancia en La Romareda.
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