JORNADA Nº 3 (Barcelona B 4–1 Real Zaragoza) (7 – 9 – 14)
BAÑO DE
REALIDAD
El Real Zaragoza visitaba el Mini Estadi para
enfrentarse al filial del FC Barcelona, el Barcelona B. Lo hacía tras cosechar
dos empates en las dos primeras jornadas ligueras dejando buenas sensaciones,
sobretodo en el encuentro disputado en La Romareda ante Osasuna. Víctor Muñoz
avisó de que iba a ser un encuentro en el cual el conjunto maño iba a dejar
llevar el control del juego al rival y alineó el mismo once que empató ante
Osasuna, formado por: Whalley; Fernández, Mario, Vallejo, Rico; Dorca,
Galarreta; Álamo, Pedro; Muñoz y Borja
El partido comenzó y desde el principio se veía como
iba a ser la tónica del encuentro: el Barcelona B trataba de dominar la
posesión del esférico presionando fuertemente cuando lo pierde e intentando
aprovechar la velocidad de Adama, quien se zafó frecuentemente de la zaga maña,
especialmente de Rico. Whalley era quien mantenía con vida a un replegado
conjunto maño, hoy vestido completamente de blanco (manías de la LFP),
deteniendo varios disparos peligrosos de Adama y Dongou, en dos ocasiones y a
bocajarro de este último. Tras contener el aluvión azulgrana, los pupilos de
Víctor Muñoz parecían empezar a respirar e intentaban acercarse al área local
para crear más peligro. Pero escasos minutos después, llegó un jarro de agua
fría en forma de gol local. Una falta sacada por el mediocentro Grimaldo es
rematada de cabeza por Dongou y el balón va hacia Robert Costa, quien pese a no
golpear al esférico interviene en la acción despistando al guardameta
zaragocista Whalley, y provocando que el esférico acabase en el fondo de las
mallas. El árbitro anula el gol, pero más tarde y tras hablarlo con su
asistente, decide dar por válido el tanto suponiendo el 1-0 en el marcador y un
mazazo para el Real Zaragoza (min. 35). Afortunadamente, los jugadores
visitantes que hoy portaban la zamarra del león reaccionaron pronto, y antes
del descanso consiguieron poner las tablas en el marcador. Un gran centro de
Galarreta es cabeceado por Borja Bastón asistiendo de cabeza a Eldin, recién incorporado
al campo tras sustituir al lesionado Pedro, para que enviase el balón al fondo
de las mallas (min. 44). Con el empate en el luminoso se llegó al descanso tras
una primera mitad en la que el conjunto local fue superior, pero en la que la
efectividad de cara al gol por parte de los blanquillos impidió la momentánea
victoria azulgrana.
Tras el paso por vestuarios, poco le duró al conjunto
blanquillo el empate conseguido, ya que nada más empezar la segunda parte una
serie de errores de la zaga maña permitieron al delantero Dongou rematar solo y
batir al meta Whalley, para poner el 2-1 en el marcador (min. 47).
De nuevo le tocaba remar contracorriente a un equipo
recién hecho y que prácticamente no ha tenido apenas entrenamientos como para
estar suficientemente consolidado. Víctor Muñoz sustituyó al delantero juvenil
Muñoz, y dio entrada al nuevo fichaje William José. Poco después, Gumbau se
aprovechó de otro error de la zaga maña, principalmente de los laterales
Fernández y Rico, para batir sin oposición a Whalley (min. 61).
Poco más de cinco minutos después, los pupilos de
Eusebio Sacristán remataron a un herido Real Zaragoza por medio de Joan Roman, a
quien nadie encima dentro del área y anota el cuarto y definitivo gol (min. 67).
Este último gol supuso la estocada definitiva y el
marcador ya no se movió más, pese a la tremenda pájara que sufrieron los
jugadores de la defensa zaragocista.
Tras dos empates cosechados y dejar una buena imagen
en líneas generales, este partido frente al filial azulgrana debe hacer ver a
los jugadores y a los técnicos, que el trabajo que hay por delante es muy duro
y que aún queda mucho por mejorar. Tal vez las declaraciones de Víctor Muñoz y
Martin González nombrando el ascenso sean demasiado optimistas y este equipo,
aun prematuro, necesite más tiempo y adaptación. De momento, la soberana
afición, deberá darles más margen de confianza.
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